Contentas por todo lo vivido y aprendido
Todo empezó el 26 de julio. A las 15:00, nos reunimos todos en el aeropuerto con el monitor de Eurolingua y nos dispusimos a facturar. Al principio me sentía asustada y perdida, pero pronto hice nuevas amigas. Estuvimos hablando desde el primer momento, de modo que el tiempo se nos pasó volando, y, sin darnos cuenta, ya estábamos en casa de nuestras respectivas familias de acogida. El primer día fue genial, igual que todos los demás. Al llegar al colegio, los profesores nos explicaron una serie de cosas a tener en cuenta durante nuestra estancia en Derry y luego hicimos un breve examen. Por la tarde, tuvimos una actividad que nos ayudó a conocer la ciudad. Así, nos dividimos en equipos y nos dispusimos a encontrar el Guildhall, los cañones, las murallas…
El segundo día ya nos separaron en clases e hicimos distintos ejercicios con nuestros respectivos profesores. De 14:00 a 16:00 realizábamos diversas actividades, tales como recorrer la ciudad y vestir a un compañero de un santo irlandés, tocar tambores africanos, visitar galerías de arte, jugar al bádminton… Algunos días, de 19:30 a 21:30 regresábamos al colegio para aprender a bailar danza irlandesa, hacer una especie de Trivial o simplemente cantar en el karaoke.
Mi primer fin de semana en Derry fuimos a la Calzada del Gigante y participamos en un desfile. El segundo, viajamos a Belfast, donde visitamos la universidad, fuimos a un festival del orgullo gay…
Las tardes libres las pasé con mis amigas. Juntas, recorrimos cada rincón de la ciudad, fuimos al centro comercial y a la bolera, probamos el chocolate caliente irlandés, sacamos un montón de fotos…
Al principio tenía miedo porque no sabía cómo iba a ser mi familia de acogida, pero pronto cogí confianza con todos los miembros de esta. Es increíble la cantidad de expresiones que aprendí gracias a ellos y lo bien que me hicieron sentir en todo momento, por eso no lo pasamos muy bien en el momento de la despedida.
El 9 de agosto regresamos a casa, tristes por dejar atrás Irlanda, pero contentos por todo lo vivido y aprendido.
Lucía Gontán Iglesias