Dublín ha sido el qué pero que sobretodo ha sido con quién

De nuevo en España y valorando estos quince días en Dublín, puedo decir que sin duda, la balanza se decanta totalmente hacia el lado de todas y cada una de las cosas positivas que me ha aportado y que me llevo de este viaje. Me fui con un poco de incertidumbre sobre qué y a quién me iba a encontrar, y la verdad, estas dos semanas han superado todas mis expectativas.

El ajetreo de las calles de Dublín fuera la hora que fuera, la parte de atrás de los autobuses de dos plantas donde nos hemos pasado ratos y ratos, los parques repletos de gente comiendo en el césped a la hora de la comida, la simpatía de todos profesores de la escuela, por no hablar de la de los Irlandeses en general, el buen ambiente y las risas en las clases entre todos los compañeros de cinco o seis nacionalidades diferentes, cada uno de los “look left” y “look right” en los pasos de cebra que de tantos sustos nos han librado, lo extraño que era ir sentada en los taxis en el sitio del conductor pero ser copiloto, disfrutar de la música en directo en un pub un día cualquiera a las ocho de la tarde, pasar de tener que ir en manga corta a necesitar paraguas, chubasquero y jersey porque empezaba a llover como si no hubiera mañana, apreciar los pocos rayos de sol que teníamos en pleno verano…

Pero si hay algo que quiero destacar y que me queda grabado en alguna parte de mis recuerdos es toda la gente a la que he conocido. Tanto a los compañeros de la residencia, como a los compañeros de clase y profesores, por no hablar del resto de becarios Eurolingua. Tan solo necesitamos unas horas para congeniar y crear un ambiente muy bueno, lo hacíamos todo juntos y nos entendimos a la perfección desde el primer momento. Esta experiencia no habría sido igual sin su compañía.

También vuelvo habiendo mejorado mi nivel de inglés, habiendo aprendido vocabulario nuevo, adquirido fluidez hablando, aprendido expresiones cotidianas y habiendo asentado conocimientos en gramática.

Todo lo que pueda escribir en unas pocas líneas sobre estos quince días en Dublín no hará justicia a lo que en realidad ha sido esta increíble experiencia; podría terminar diciendo que Dublín ha sido el qué pero que sobretodo, ha sido con quién.

Sin duda, una experiencia espectacular, que repetiría una y mil veces y que deja el listón muy alto.

Blanca Peco Claverol

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